sábado, 12 de diciembre de 2009
EXPOSICIÓN DE PINTURA DE MIGUEL ÁNGEL DÍAZ PALAREA EN EL HOTEL RURAL “MALDEAMORES” EN LA CARRETERA GENERAL Nº 98 DE LA ESPERANZA
ABRIENDO PUERTAS de MIGUEL ÁNGEL DÍAZ PALAREA
Por: Marisa Bajo Segura
Catedrática de dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Tenerife
Para acercarnos a la obra de Miguel Ángel Díaz Palarea, no se necesitan palabras. Su poética del color y de la forma, llega densa y precisa, precipitándose entre sonidos y registros que surgen intensos a nuestros ojos, colapsando y contaminando los lugares asignados a la figuración.
Entre espacios intencionales y lenguajes abiertos a lo posible, personajes extraños bañados de rojos, azules y amarillos…, manchados de luz…, desfilan mirándonos a los ojos, a veces asfixiando el espacio donde están ubicados y otras en continua apertura hacia lo inverosímil.
Ante una búsqueda constante de la abstracción figurativa, donde la jerarquía y relación de tamaños marcan la escala y el origen de la obra, las figuras disputan su espacio ocupándolo. Estamos ante el espacio cualitativo como prolongación ambigüa ante lo heterogéneo y el lugar donde las cualidades expresivas texturas/contrastes y claroscuro marcan su presencia ante espacios opacos/llenos/vacíos/agitados ó serenos.
El proceso creativo de Palarea, como proceso abierto de intervención que es, justifica los recorridos intencionales donde manchas/barridos/lo matérico/o lo táctil provocan al dibujo eliminando/quitando/poniendo/silenciando o deformando la imagen. La mirada penetra entre planos superpuestos/transparencias/o traslapos sobre superficies distorsionadas y fragmentos, como lugar asignado a cada uno de los personajes que toman parte en el juego. Por ello la desconstrucción espacial es consciente y una constante en su pensamiento visual.
Idea, proceso, identidad y transformación, hace que la obra se desarrolle bajo conceptos estéticos muy puntuales en todo el ámbito plástico donde se origina. El propio proceso creativo va a convertirse en elemento clave sin perder la directriz que lo conforma y, que íntimamente unido al pensamiento va a operar, ensayar y transformar toda la obra bajo su intensa mirada, imágenes donde la figuración va a tener principal peso y protagonismo –Mujer desnuda-, junto al lenguaje gráfico tremendamente gestual, que se entrega en cada uno de los dibujos y pinturas que conforman la exposición Abriendo Puertas.
La búsqueda de un sistema propio figurativo, le lleva a desarrollar pautas nuevas con plena significación en el arte contemporáneo. Ejemplo de ello, lo tenemos en las creativas Puertas del Paraíso, donde la lectura se presenta extraordinariamente dinámica, y donde se involucra toda la percepción cinética, táctil y visual de la que es capaz su autor. El valor del fragmento, la relación de tamaños establecida, los compartimentos formales llenos de color circundados con un fuerte trazo generado por la misma materia, configuran el carácter propio de la obra, en la que podemos como espectadores, seguir visualmente como fue gestada.
Las improntas y los elementos lineales, surgen intuitivamente entre esquematismos y texturas con un potencial estético amplio y ritmo continuo, en un retorno a la esquematización no figurativa en sus Pintaderas, donde la simbolización y la materia se valoran por sí mismas.
Dos caras de la misma moneda, ya que adquiere en el autor principal interés la abstracción como pura invención o al servicio de las formas representativas. La perdíz, Huevos fritos.
En toda su obra encontramos huellas de intensidades variadas que van a llenar toda la superficie, desde lo íntimo en la obra más pequeña, que nos obliga a asomarnos para leer sus trazados / roces/ incisiones… , ó a las de formato mayor más desbordada, donde las formas se acomodan más ampliamente. Las dos tienen la capacidad de que el espectador reaccione, ante su sutil o potente poder de seducción.
Opino que la esencia de su trabajo, se vertebra en la utilización de las propiedades plenas y expresivas del lenguaje donde se significan las ideas/emociones/sentimientos y en la construcción de un sistema de valores en un tiempo, un espacio y un lugar, el lugar de la representación hacia nuevos sentidos y significados con distintos tratamientos y técnicas.
Entre necesidad y deseo como reflejos distorsionados de espejos rotos recreando su historia, se entregan los personajes, en un eterno retorno al ciclo de la vida. Los gatos en el sofá y todos sus cuadros de gatos, La Menina, El unicornio montado en una pulga, La puerta del cocodrilo, La puerta del Paraíso…..
Por ello, la obra de Miguel A. no necesita palabras, tan solo acercarnos de puntillas y perturbar el silencio de las formas, colores y grafismos que la configuran.
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