lunes, 17 de noviembre de 2008

 

LA FUGA DE SAN DIEGO, JUAN CARLOS ALEMÁN, SANTIAGUITO PÉREZ Y ARCADIO DÍAZ TEJERA








Que regustito dulzón me calienta la barriga al recordar aquel año lluvioso y frío bautizado con mi primera “Fuga de San Diego”. A los estudiantillos que llegábamos de Gran Canaria -y digo “Gran” porque lo es, le joda a quien le joda- la Fuga nos embelesaba por el atrevimiento y, aquellas trasgresión, nos cautivaba con el embrujo brumoso de darle en el “totiso” al sistema. Entre los compañeros de la pensión de Doña Pino en la Calle Zamenhof discurría una jiribilla de comentarios sobre lo divertido del fiestorro; alzaba sus tres pisos frente a La Normal de Magisterio, camas con derecho a comida que halló mi padre para que mi hermano Juan Francisco y yo estudiáramos Derecho. Entre vinos con vinos, entre bocadillos de recortes en el bar de Artillería y de caballas y sardina en el Bodegón Méndez se nos caía la baba con sólo pensar en el tenderete y en la siempre remota posibilidad de ligar. Nuestro éxito había resultado cero en las fiestas de los Colegios Mayores de San Agustín y San Fernando, donde logramos entrar gracias a un tiquet falsificado de entrada; echábamos de menos los escarceos en las discotecas de Ripoche y aledaños de la playa de Las Canteras deambulando entre extranjeras –para nosotros todas eran suecas liberadas-. Qué tiempos aquellos en que no coartaba el maldito Sida.
Si soy sincero al llegar a La Laguna nos costó nada adaptarnos a su ambiente estudiantil, pronto nos zambullimos en los intestinos de la vieja ciudad de Aguere. No nos perdíamos una parranda nocturna o unas manifestaciones contra la subida de las Guaguas propiedad del falangista Leoncio Oramas, el tío de Anita, la recién dimitida Alcaldesa de La Laguna. El más nimio acontecimiento nos resultaba deslumbrante; aún no alcanzábamos nuestra mayoría de edad y todo lo queríamos disfrutar; pronto aprendimos a mezclar el Arehucas con el vino barato de sus tugurios. En particular, nos regocijábamos como monos entre lianas con cualquier acción que supusiera un ataque al sistema fascista. Los grises eran denostados en la ciudad.
El otro día al ver a los estudiantes en la Fuga, incluso a los de primaria, participar, sin cortapisas; recordé mi primera fuga:
La rememoro por los personajes, ahora importantes en la sociedad canaria, que me pasan por la memoria: compartíamos el aula de la planta baja de la Facultad. En primero de derecho desempeñaba de delegado de curso un canarión: Juan Carlos Alemán que se paseaba por clase con una melena negra que alcanzaba romántica sus hombros conspirando contra el sistema; todos decían que pertenecía a OPI, otros, sin embargo, alegaban que ya estaba liberado en el PC; también deambulaba entre sus alargados bancos, en particular entre las niñas bien del curso, un Santiaguito Pérez, hijo afortunado del notario de La Laguna que se pasaba el tiempo pretendiendo ser el número uno de la clase y fardando con aquello de que jugaba en el excluyente equipo del Náutico de Santa Cruz de Tenerife; pero quizás quién más me llama la atención, cuando afino la memoria, es un voluntarioso Arcadio Díaz Tejera que predicaba los principios del Movimiento Nacional del Generalísimo Franco, haciendo proselitismo por el falangismo de Juan Antonio Primo de Rivera. Recuerdo y lo recuerdo como si fuera ahora, pues tuvo un final desgraciado para mi hermano Juan Francisco; yo escapé de chiripa. Todo comenzó cuando en una asamblea del primer curso de derecho se votó por mayoría no venir a clase y secundar la fuga de San Diego; sin embargo el deportista Arcadio Díaz Tejera hizo lo incontable para torcer la voluntad del estudiantado: incluso se propuso romperla con su presencia en el aula, y aquí viene la historia. Mi hermano se ofreció de “piquete informativo” –como se dice ahora- para evitar que los alumnos entraran en clase contra la voluntad de la mayoría y, como no podía ser menos, yo le acompañaba desde tempranito en la escalinata donde, unos años después, asesinaron a Javier Fernández Quesada. El día de la Fuga de San Diego, Arcadio llegó a la hora de entrar a clase, portaba desafiante los libros bajo el brazo y mi hermano se le cruzó en el paso recordándole la decisión de la asamblea; se plantaron como perros de pelea a darse hostias; pero llegó el ex guardia civil del conserje que tomó parte por Arcadio y denuncio a mi hermano por agresión.
Pasa el tiempo, cambia la gente, algunos para mejor y la nostalgia me embarga al contemplar como han triunfado, cosa de la que me alegro, antiguos compañeros del primer curso de derecho en la Universidad de San Fernando de Aguere.
Este año me cogió la Fuga de San Diego con una bronquitis del carajo recordándome que el tiempo no perdona.

sábado, 1 de noviembre de 2008

 

LEÑA AL PARIA CANARIO HASTA QUE APRENDA EL CATECISMO





Cae un racheado chaparrón sobre La Ciudad de Aguere, disfruto con el chipi chipi formando redondeles en los charcos que inundan la Ciudad patrimonio de la humanidad. Me embarga la melancolía de los viejos y húmedos tiempos. Ayer día de los muertos contemplé a los jóvenes universitarios disfrazados de jolgorio de “pafuera” Halloween. Se cabreó mi amigo y me pregunto: ¿Qué coño fiesta es esta mierda? Otra fiesta importada ¿Pero, por qué engañarse? El negocio es el negociete y el consumo es vaciarle los bolsillos a los parias que son mayoría. No seas bobera –me repite un amigo en el Benjamín- estamos en el capitalismo. No seas simplón, son los neocon que quisieron sepultar a Marx y ahora contra natura suplican la intervención del Estado para que les tape sus vergüenzas. Si, hombre, no por caridad cristiana sino para que los ricos sigan amasando fortunas con el dinero de los parias en sus fiestitas que han rescatado más que sea del mismo infierno. Mira puntal –qué cerebros- con los impuestos que debían pagar a nuestra hacienda “pública” –por decir algo-, amasan fortunas que ni quemándolas gastan en varias vidas; ni las devuelven al pueblo. Por el contrario aumentan el expolio de nuestras arcas, pues ya han mamado bastante de nuestros recursos naturales: lavan el dinero y encima nuestros jefes en el gobierno de Canarias en el PP/CC se las incrementan con intereses. Eso me dijo mi cuate mientra bajaba un trago y sentenció: “Tiene nombre la sinvergüencería: es poner el culo” y perdón por la grosería. Es tan gráfica la frasecita de marras que no me resisto a reproducirla.
-¡Así son las cosas en las colonias mis cuates! Se me revuelven las tripas con solo pensarlo, siguen mamoneándonos los mismitos de siempre; me escuece lo que leo en los periódicos y me pregunto ¿Cómo es posible que quienes se apellidan “demócratas” –aunque sea de nueva escuela- permiten que el sanguinario dictador Generalísimo Franco continúe como “hijo predilecto” de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, ciudad que pretende ser capital del archipiélago? Mienten cuando pasan “pal año que viene” el cumplimiento de la ley. Leo a unos pollitos fascistas pidiendo lo mismo para sus rues hitlerianas en otros pueblos de las islas, leo cómo pretenden continuar cagándolas con nombres de fascistas redomados; me da pena ver a gente tan jovencita, con su chaquetita del Corte Inglés, tan fachitas, haciendo méritos para los viejos dinosaurios de su partido, sólo demócrata de dientes afuera. Por eso los llamo fascistas. Deben ser catalogados como se merecen mientras no renieguen de los asesinos que camparon a sus anchas sobre las libertades del Estado Español. Andan engolosinados en nuestras islas los hijos de Pepe que más facha no sirve y alguien debe recordarles que Franco hace muchos años que falleció en su cama, debió hacerlo humillado como Hitler, Musolini, Pinochet. Quien reprimió los derechos del pueblo durante cuarenta años jamás rindió cuentas por sus asesinatos. Me pregunto: ¿Cómo es posible que quién pretende avalar el “Soberanismo” en Canarias ampare ideas del más rancio fascismo? ¿Cómo quieren hacernos tragar que los generalotes fascistas, los falangistas pendencieros de tiro fácil pongan nombres a las calles importantes? Es aún peor; estos mismos impresentables cubren con nombres y apellidos de personajillos de nuestra vida pública las más relevantes avenidas. Ahora con la distancia, vemos que actuaron como si nuestras costillas fueran finca propia y ayudaron a los tiburones de siempre a amasar fortunas. ¿Cómo se puede clavar en una esquina los nombres de quienes avalaron las tropelías de los que nos siguen sableando? Todos ellos con el buche repleto.
Hoy, día de los difuntos, en Aguere echo de menos el Mercado, nuestra queridísima Recova a los pies de la Plaza de Abajo; ahora lo han puesto a las pezuñas de los caballos de los ricos. Han sustituido la vieja recova por un mamotreto encorsetado en la Plaza del Cristo. Lo que me escuece, es que no se menee un jodido ladrillo para su reconstrucción. Y no me canten que a esos jodidos no les gustan el cemento y la propina con dinero de todos. Va a ser verdad que están preparando el terreno para el negocio particular que se eleva sobre el solar de la antigua empresa de tabacos “Álvaro”. Lo indignante es que escapa de rositas la empresa española causante del previsible desplome y “toos muos”; no empieza la restauración ni siquiera a costa de los causantes de que casi se viniera abajo con paisanos en su interior. Me temo –quiero equivocarme- que la vieja recova jamás abrirá sus puertas mientras sigan mandando los de siempre; se me hace un nudo en la garganta con solo pensar que van a tener razón los que decían que es una mamonada pensar que obraban de buena voluntad. No se volverá a abrir la Recova hasta que el pueblo no monte en cólera con tanta incompetencia.
Si hay un rico por medio, aquí en la colonia nadie es responsable de un chanchullo; pero si es pobre leña al mono hasta que rompa la cadena. Los canaritos de tierra tienen que apechugar con 103 millones de euros (€), que no pesetas por el caso Tindaya, condena monetaria de la Sala de lo Contencioso -Administrativo a nuestro gobierno de pendejos; hemos de apechugar por las meteduras de mano en la saca del gofio de políticos a sueldo, algunos en activo, que miran para otro lado cuando les preguntan que por qué no son ellos lo que apoquinan por su sinvergüencería. De las investigaciones resulta que los beneficiados son sus amigotes, los padres y madres de la criatura que nos cuesta a todos un riñón. Por Tindaya ahora la Sala de lo Contencioso-administrativo nos obliga a apechugar con sus errores –“vaiga” usted a saber- y pagar con el dinero que deberían utilizar para mejorar la constatada pobreza de nuestras islas.
Me pregunto: ¿Será la misma Sala que condenó a los ecologistas por denunciar a los que creyeron corruptos por aquel affaire? ¿Será la misma Sala de marras la que lleva varios años investigando las golferías en la Playa de las Teresitas? ¿Serán los mismos que directa o indirectamente instruyen las causas contra políticos; instrucciones que no parecen hallar fin? ¿Será que las instrucciones se han ido por el desagüe de los sumideros del poder?
Nos escuece la interminable tramitación de lo que el pueblo considera un chanchullo tan claro como el agua que inunda Aguere. ¿Será que “alguien” espera al acuerdo “entre caballeros” que los exculpe? ¿Será cierta la leyenda urbana que todo está bien amarrado, como así lo pactaron padres putones de estas islas en un restaurante caro de Tacoronte? Espero que no sea verdad que existe un acuerdo entre poderes del PSOE y CC para tapar el asunto.
Pero, mi amigo en el bar Benjamín, me vuelve a preguntar escandalizado con la “penilla”,- apostilla- pedida por el fiscal a todo un Magistrado Presidente de la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Canarias con la mafia pura y dura ¿Serán todos los mismos? Estos y aquellos que por un “asuntillo” entre un Presidente de Audiencia y un gángster del cartel de la droga, apenas piden la suspensión de funciones por dos años. ¡Coño! comenta mi amigo, es que ya lleva más de dos años y volverá de nuevo a impartir justicia contra los parias a los que clavan años de trena por un asuntillo menor.
Esto es una colonia. Eso si que debe crear alarma pública y no las editoriales de “El Día”. No pongo ni quito rey, me gustaría que los canarios sacaran sus propias conclusiones.
¿Estarán detrás del desaguisado los mismos que tiran las casas del poblado con valor etnográfico de Cho Vito?
Mientras tanto sigue diluviando sobre la ciudad patrimonio de la humanidad y la reina del Estado Español, nuestra mantenida a sueldo, toma partido por quienes defienden el ideario más rancio del fascismo. Quien dice disparates antidemocráticos y acientíficos contra quienes hemos luchado por esta penosa democracia.
"Leña al mono con los desgraciados, dice el español".

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