viernes, 13 de marzo de 2009

 

EL TONGO DE LAS ELECCIONES EN EUSKADI


Profe: ¿Qué es tongo?
Pregunta el angelito, un menudo estudiantillo, insignificante y escuálido pero de mirada limpia mientras se rasca el mentón erizado de pendejitos, barba rala de cabra majorera. Polemizaban en el aula de derecho político de la universidad lagunera y el inquieto jovencito inquirió al catedrático de derecho político.
Debatían sobre las elecciones vascas y, en particular sobre la decisión de Madrid de gobernar “cogidos de la manita”. El socialista y obrero PSOE con la derechona franquista del PP en Euskadi se reparten la tarta del poder ganado con un alto coste de democracia. El profesor clavó los ojos sobre el escueto interrogador. Se le erizaron sus escasos y canos pelos largos; el aire hizo volar sus irrisorias efervescencias de juventud, se crispó su rostro arrugado de tanto pensamiento que no piensa, de enredar para que los otros lo consideren un demócrata comprometido con “su” libertad, igualdad, fraternidad. Él, rodeado de una aureola democrática, ha repetido hasta la saciedad que aquellos son los pilares de cualquier régimen “democrático”. Él, siempre se ha postulado como un hijo prodigo de la revolución francesa; Sin embargo, cuando se mira ante el espejo, comprende que es un “tatequieto” más en estas islas españolas por los santos cojones de su dios; que, aparte de rascarse la entrepierna, como demuestran los hechos, su motor vital es medrar para que no se tuerza su cómoda e insignificante existencia. Su razón de existir reside en distraer las pupilas de otros para que no vean la cruel realidad; pues si le miran el rostro terminan ubicándolo en la orilla de los que llevan siglos engañándonos con su compromiso con la libertad. La cruel realidad es que no se arriesgan a caerse del sillón y, lo que es aún peor, a romperse la crisma por defender con valor sus ideas.
Le cabreó la pregunta, intuía el motivo de tan demacrada duda ahora con los resultados de las pseudoelecciones pseudodemocráticas en Euskadi; la pregunta en principio simplona -tododios sabe la respuesta-, lleva goma2 y no de ETA, aunque él así lo temió- ante sus ramplonas peroratas sobre la igualdad y participación en libertad, sin embargo se digno a responderle no sin cierto desdeño:
-Pues querido alumno –torció una sonrisa perdonavidas en su rostro crispado- tongo es, ni menos, ni más una trampa; tenemos tongo cuando alguien, a posta, se deja ganar perjudicando a otro ciudadano-. Por un pelo no terminó la frase con un “bobomierda” “tocapelotas”.
Su inicial arrogancia que esperaba deshacer las dudas de sus alumnos, se turbó; el joven de barba rala no parecía tener intención de finiquitar el tema y tronó ahora de pie:
Profesor, y en democracia ¿qué es trampa?
Antes que respondiera, el alumno interrogador como el jodido chiquillo que mortifica con sus “por qué” al padre, siguió con su presa.
-Le hago la pregunta profesor, pues usted cuando nos adoctrina sobre democracia, nos la predica como sinónimo de participación en igualdad de condiciones, en libertad, e incluso nos habla del progreso democrático del centenario partido de Pablo Iglesias.
Se encontró cogido por sus humedades. El siempre hablando de democracia, transparencia y participación:
-¡Cojones! Democracia es tan simple como decir “un hombre un voto” y que todo dios puede votar y ser votado sin exclusión alguna, sin mordazas por el color, por la raza, por la religión, por la opinión o por la condición.
Con la boca ensalivada de arrogancia predicaba desde la tarima –como cura católico de sotana negra en un púlpito- que ese es el auténtico motor de una sociedad democrática de progreso. Ahora, le daba rabia verse jodido por un donnadie mosca cojonera de mirada perdonavidas. Con fastidio se sintió cogido por los pendejos y pensó en alto aquel profesor próximo a la izquierda universalista: otra vez me mete el dedo en el ojo este cabrón independentista y xenófobo leeeldía fascista.
Se recompuso su chaqueta y elevando su mirada erudita al cielo del aula, al techo, obra abstracta de la naturaleza que debiera estar en el Moma, respondió llamando la atención del resto de alumnos a los que les importaba un pimiento su disertación no comprometida con lo que predicaba:
-Pues te respondo, trampa es sencillamente una fullería, es un tongo, Bencomo –ahora llamaba al alumnillo por su nombre; trampa es un timo, una estafa, un desfalco, algo deplorable que sólo practican los sinvergüenzas, los truhanes, los desalmados que no piensan en democracia, aquellos que anteponen sus mezquinos intereses a los de la voluntad de un pueblo libre.
El chiquito retuvo la palabra mientras su cerebro repasaba la frase para articularle una pregunta con malaleche:
-Quiero creer, profesor, que según su afirmación tongo es una práctica deplorable, propia de aquellos que juegan con ventaja, con las cartas amañadas para ganar siempre y mamarle sus pertenencias a los incautos.
-Pues sí, Bencomo. -Respondió categórico el dogmático catedrático.
Bencomo se sentó con ruido y picando el ojo a su hermosa novia, concluyó. El alumnillo tocapicha quería rematar su corrida:
-Profesor, dígalo a sus pesoistas librepensadores, demócratas de toda una vida, comuníqueles que es de tramposos, truhanes, malnacidos, cerrar los periódicos en Euskadi, por no comulgar con el pensamiento único, el progre de lo políticamente correcto; aproveche para decirles que algo parecido se fragua en Canarias; dígales a los defensores de los derechos humanos de boquilla, que no es legítimo meter a los periodistas por pensar diferente en el trullo; comuníquele a los que se burlan de los derechos de autodeterminación del pueblo saharaui y canario que no es civilizado ilegalizar los partidos por opinar distinto; que no encaja en la democracia destituir a sus ediles, impedirles presentarse a las elecciones, putearles hasta que su mono rompa la cadena. Profesor que callen los demócratas españoleros mientras no prediquen con el ejemplo.
Ahora abrazado a su novia con satisfacción, con la alegría de aquellos a los que se les condena perder siempre por pensar distinto; se carcajeó mientras comentaba con sorna:
-Todos juntitos a mamarla, a burlar la voluntad de un pueblo que ha perdido la libertad por los santos cojones de los españoleros que se autocalifican de demócratas. ¡Hay que joderse, querida amiga! Aquí en Canarias ni te cuento Candelaria…
En silencio moscas verdes sobrevolaron la cabeza del profesor, como revolotean engolosinadas sobre un frondoso cagajón.





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