sábado, 26 de abril de 2008

 

NO TE SUICIDES PABLO IGLESIAS.




CARTA ABIERTA A LOS ALCALDES PESOISTAS DE ADEJE Y DE EL PUERTO DE LA CRUZ.

Una hoja de periódico se introdujo por la lóbrega puerta del cementerio. Hechizada se balanceaba por el resplandor de los huesos al fulgurar en el osario. Se columpiaba inquieta hasta depositarse libidinosa, putona, sobre unos hierbajos atrevidos que se divertía con el fervor revolucionario allí enterrado ¡Cojones!, como diría el mismo Pinochet, “a esos comunistas de mierda le doy una responsable lección”, para eso tengo a Fraga y no precisamente al de “la calle es mía”, se trata de un comprometido socialista, ¡que coño! digo pesoista, secretario general canario, que se pasa por el forro de los cojones el derecho a la huelga que el artículo 28.2 de la Constitución Española bendice. Pero llueve sobre mojado: los esquiroles, rompehuelgas pertenecen al legendario, ¡que carajo! digo, centenario, para "joderla", partido socialista.

¡Hijos de cura!, maldeciría mi amigo Juanito, aquel anarquista convencido, nunca reconocido. Por eso lo traigo con orgullo a este insignificante artículo, hecho con la rabia de ver cómo cambia el cuento de “soy socialista”, de la predica de “un mundo igualitario, sobre todo con los más desfavorecidos”, que no se cree ni sus queridas hermanas. Les juro que no lo digo de forma machista, sino con conocimiento de causa.

Que las huelgas joden al pueblo”, se llenan sus labios ensalivados, con ese hilillo blanco que se planta en la comisura de sus bocas responsables. Pero no saben esos socialistas de pacotilla que es la única defensa de los “pobres desgraciados”. Arma que tienen los trabajadores, los sudados de olor a cebollino –me decía un conocido socialistas de chaqueta de Armani-, los puteados por el sistema que les ampara, para hincar la rodilla ante los empresarios; este instrumento es tan viejo y legendario como el mismo putiferio.

No les doy la vara con que las empresas, bancos con nombres confusos, metidos al negocio de la recogida de residuos sólidos, - que fisno, diría Juanito-, se meten, dios sabe cómo carajo, a cobrar de los ayuntamientos por recoger sus basuras y de paso engordar aún más sus repletos bolsillos con billetes de los humildes ciudadanos que pagan sus impuestos. Pagan o les embargan por los santos bemoles de los dirigentes que, por desgracia, han elegido para que les jodan.
En aquel camposanto nacía la vida de las plantas, resurgían de las esencias que se deshacen, se desenganchan de su podredumbre: Dios creó a las criaturas iguales, sobre todo después de pasarlas putas o de disfrutar de la vida con el amparo de la Iglesia. La divinidad está con todos, como el sol nace para ricos y pobre, sean fascistas, socialistas, comunistas o lo que quieran ser. Las hierbas que engordaban, que alcanzaban vida con su estiércol, ahora les tributa vida al fermentarse las esencias de sus ilustres invitados. Podía leerse, negro sobre blanco en destacado titular de portada de la moderada prensa local: “Fraga, el Secretario General del PSOE en Tenerife, manda romper la huelga” “Que responsable es”, parece que no me está gustando los andares de la perrita. Que coño y eso lee un muerto, enterrado allí, asesinado de un tiro en la defensa de Madrid durante la II República.
Las apariencias son eso, sólo eso, apariencias. No es suficiente con poner firmes a los militarotes, nombrando como ministro a una ministra, para que les meta las cabras en el corral al ejército. Cuando hay que demostrar autoridad, se manifiesta sobre las costillas de los más desfavorecidos, los sudorosos trabajadores de la basura, sobre las espaldas dañadas de tanto hincar la cerviz de los recogemierdas. !Que leches!, como diría un español: en la tortilla los huevos los pongo yo, sobre la mesa, si es preciso.
Antes de que el cliente de aquel cementerio terminara de leerla, llegó, se posó titilando otra hoja de la burguesa prensa local: “La alcaldesa del Puerto de la Cruz, en connivencia con su amiga del alma del PP”, manda –¡hay que tener cojones!, sonrió incorrupto Franco desde el Valle de los Caídos - romper la huelga.
Si se leen las dos noticias, puede deducirse que la conservadora prensa local aplaude sus posturas "esquirolas". ¿Pero qué coño quieren esos recogemierdas? ¡Esos mierdas, de la puñetera mierda, que ya ganan bastante, son mileurista! Que den gracias a tan comprometidos dirigentes políticos. Esos mil euros se los deben a la posturas revolucionarias de los pesoistas españoles.

Yo soy el alcalde, yo la alcaldesa y me paso por el forro de los cojones, de mis carnosas entrepiernas, el derecho a la huelga de tanto carajito trabajador. Tenemos que ser responsables, hemos de ser consecuentes, fieles a los dictados escritos en los periódicos por la más caciquil postura. Haremos la vista gorda para que continue enriqueciéndose el banco metido a recogemierdas.
-No te suicides Pablo Iglesias (1850-1950), que ya estás tieso, muerto y enterrado. ¿Qué coño pensarán ahora los patrones, los capitalistas que con tanto vigor combatiste, al verlos de la manita "Pepeluí" de los tuyos.
Musitó con ironía Buenaventura Durruti (1896-1836). Sus sentidas palabras circularon pausadas entre las tumbas desangeladas del cementerio que a todos iguala.
Una enrabietada ventolera hacía hablar a los cipreses que torcían la cintura con elegancia, ponía música a la sentida conversación entre viejos sindicalistas. Les unía la muerte que a todos iguala y, sobre todo, la dignidad con que defendieron sus ideas.
-¿Qué coño tienen esas cabronas islas que los convierte, los transforman en los más despreciables empresarios? ¿Por qué son garantes de los dinerotes de capitalistas sin escrúpulos a la hora de apretar las clavijas a los trabajadores?
-¿A quién te refieres? -Preguntó Durruti, sabiendo la respuesta. El apuesto anarquista de bandera roja y negra ondeando en su cuello libertario, sonrió con tristeza.
A esos que mancillan el nombre de mi partido y los transforma en responsables fachas de mierda.
Respondió Pablo Iglesias al anarquista desde su tumba, el antiguo diputado por Madrid, el que se opusiera con vigor al ingreso del psoe en la III Internacional estaba indignado y con lágrimas resbalando por sus pálidas mejillas.
-La verdad amigo, querido camarada –me permitirás que te llame así - no entiendo tanta basura en mi partido; el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) lo fundamos trabajadores serios en 1879, ¿qué coño quieres que te diga? Lo creamos trabajadores; obreros, óyeme querido amigo.
Durruti, sonríe con desparpajo:

-Gracias a los cojones del diablo no hemos tenido en la CNT que avergonzarnos de estar infiltrados por tanto aprendiz de empresario cabrón; Querido Pablo no sufrí como tú la victoria de los fascistas, pues cuando me reventaron el pecho con una bala el 19 de julio de 1936, llevaba el puño cerrado luchando por esa clase obrera cuyo nombre insultan esos del PSOE canario.
-¡Salud, camarada! -¿que coño te podía desear con más fervor?. Un abrazo libertario y a seguir luchando desde el cementerio, querido camarada. La esperanza es lo último que se pierde.





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