domingo, 19 de octubre de 2008
ARRIBA PARIAS DE CANARIAS. LEVANTAREMOS DE NUEVO CHO VITO
-Cuando los “verdessss que te quiero verde”, confiados en sus amos del arco Para/el/lamento canario, se quitan el disfraz de oveja descubren su piel de lobos de colmillos de hormigón. Cuando los presuntos verdesssss de izquierda…, ¡no¡, ¡que no, que no, joder!, ¡que no¡, por supuesto que no de la izquierda alternativa, ni de la izquierda ecologista. ¿Pero de qué mierda hablas? –se quejó el niño educado en los valores españoleros-. Cuando desvisten su chaqueta progre lo hacen para lamer los culillos de los señoritingos de los muelles deportivos”. Mira que te digo -Sentenció un candelariero.
Que no, que no se trata de una “ópera bufa”. Sus educadas reprimendas, sus leguleyos artículos teatralizan la cruel realidad, ironizan el profundo desprecio que sienten para nuestras gentes canarias. Se burlan en nuestra propia casa, donde por desgracia existen aún muchos de los “entodavía”, los de “aojala”; los de “que diferiencia”; los de los “haiga”; los de “pal sul” o “pal nolte”, los de “argunos”. Me permito la licencia y lo hago con todo el respeto que me merecen aquellos que no pudieron estudiar lo suficiente, pero a los que esa circunstancia no les desmerece, ni les quita la razón. Vienen a cuento estas palabras por lo que tuve que soportar cuando el desalojo; cuando hombres y mujeres libres fueron expulsados como peligrosos delincuentes de sus casas levantadas con miles de sudores. Ante la cruel estampa de cientos de miembros de las fuerzas represivas -como las llamábamos antes- en Cho Vito tuve que soportar de una funcionaria del Juzgado sus ofensivos comentarios. Lanzando sus eses contra las paredes prendió con una monserga igualita que la de los verdesss. Respondía al comentario indignado de un canarito, pobre y mal trajeado que esperaba juicio, sobre los expoliados; aquel ciudadano libre se quejaba del mal trato recibido por nuestro pueblo. La funcionaria aplaudía el expolio del poblado marinero y con valor etnográfico de Cho Vito. Sentenció aquella goda rehervida, bien planchá y emperifollá en el Corte Inglés:
-¿De que os quejáis?, ¿no comprendéis que la playa es de todos los españoles y ellos afean las costas de estas hermosas islas? Fíjate –refiriendo con desprecio- como visten, ves que mal hablan; aquí en nuestra playa española defecando y haciendo pis sobre la arena. Son unos palurdos, catetos incultos –puntualizo mientras se retocaba su camisa de marca sobre su cuello de buitre arrugado.
Después regañó la cara como si saliera de un asqueroso retrete y le apestaran los detritus de los protagonistas de su historia.
Por fin han respirado los pesoistas, los coalicioneros, los peperos y muchos otros de estómago agradecido. Por fin reciben una buena noticia, ellos tienen sus casas aseguradas y sus posaderas incrustadas en mullidos sillones institucionales. Entre los de confianza musitan:
-¡Había que dar un escarmiento a esos rebenques, que como si fueran ricos viven en la playa!
Y sentencio yo:
-Vuelvan a darle el premio Harimaguada a Narbona y a sus cuates. Encima de que nos toman por putas ponemos, y lo que más duele, pagamos la cama.
Y el antisocial estampido lo han dado en las costillas de los más desgraciados, de los desarrapados, de los parias del mundo. No podría ser de otra forma, en Canarias los independentistas también cantamos la internacional. En nuestra tierra también luchamos sin descanso por los pobres y desheredados del mundo mundial, aunque los españoleros quieran hacer pensar lo contario:
¡Arriba parias de la Tierra... famélica legión, arriba canarias y canarios de bien de Cho Vito¡
Comentan que una emisora local llamó al más listo de Canarias, al cerebelo preclaro, al primerísimo de la clase, al catedrático entre los catedráticos; al máster del universo universal, al más preparado y locuaz, encargado de la “caja del agua” de nuestra tierra. Dicen que le preguntaron por el insultante desalojo de canarias y canarios en Cho Victo y, chasqueando charlatán sus labios, no quiso dar su opinión. Se excusó con que –puntualizó petulante su secretaria particular- en aquel instante se encontraba en Paris, nada menos que en la Ciudad de la cultura y el glamour. Participaba en una refinadísima conferencia
Les pregunto, mis cuates:
¿Quizás el gato español le comió la lengua al de las frases bien hiladas, al fecundo lenguaraz en la Colonia? ¿Al que siempre habla de la República Bananera para referirse al gobierno que no le da cuchara en el festín de expolio de las islas?. Olvida el listo entre los listos que, por desgracia, estas islas son algo peor; son señor exministro de justicia una Colonia de España, donde siempre han campado a sus anchas las mismas familias de tragones. Es mas tragicómico, pues si pactaran con él, líder entre los líderes, seguirían mandando los mismitos, como ha venido sucediendo desde muchos siglos atrás. El pesoista Felipe González preguntó: ¿qué importa que el gato sea negro o blanco si caza ratones?. Y si caza independentistas mejor que “más mejó”. ¿Verdad que sí mis cuates?
Me temo, y esto es de mi cosecha, que estos ínclitos piensan igual que la goda del juzgado.
Pero no sólo el Jefe de los Jefes del PSOE piensa como ella, sino que los caciques de Coalición Canaria y los del Pepe que te quiero facha piensan igualito. También lo piensan los que mantienen como hijo predilecto de Santa Cruz al General genocida Franco; aquellos con sus cuates de hormigón más de lo mismo. Recuerdo y se me endulza la cara que el juez Baltazar Garzón ha puesto los puntos sobre las “ies” y ha llamado por su nombre a quienes cometieron crímenes contra la humanidad en el Estado Español. Más vale tarde que nunca, que no sólo los Pinochet, los Videla (sic) y sus cuates que torturaron y asesinaron, deben ser conocidos como genocidas; pues en nuestro estado muchos otros hicieron lo mismo y disfrutaron de su hazaña durante cuarenta años chupando del bote y ahora siguen con la teta. Que coja el avión el juez del Tribunal de Orden Público Español -le lave un poco la fachada a la Audiencia Nacional- para que proceda a librar sus calles de tantos generalotes, falangistas y personajillos de tiro fácil que tanto hicieron sufrir a demócratas que luchaban legítimamente por la II República, en nuestras islas.
Aunque desde chiquitito mi padre me decía, con sones machistas, que “los hombres no lloran”, tengo que confesar que se me saltaron las lágrimas de impotencia e indignación con el pendenciero desalojo. Todos estos asestaron puñaladas a Tío Víctor. Pero miren ustedes por donde se olvidaron, en los alrededores, pasaron por alto el chalet con piscina de uno de nuestros caciques locales, hicieron la vista gorda sobre unos hoteles hechos con dinero mandado a Canarias para los Canarios; se hicieron los locos sobre negocietes que se cuelan en la misma arena de la playa, de los mamotretos, como el de las Teresitas y otros al ladito de Cho Vito. Me gustaría me explicaran por qué pactaron en la Oliva el PP y el PSOE, ¿No será para no derribar hoteles en las blancas arenas de aquel paraje natural de las Dunas de Corralejos?
Que importa que las palas tumben sus humildes viviendas, son casas de pobres y su valor etnográfico les importa un pimiento. En el fondo su eslogan preferido es “quítate tu pa ponerme yo” y montar muelles deportivos donde defequen sus cuates, que se construya una avenida a cuyos lados levantes chalet de lujo para que recauden perras los suyos los del hormigón desalmado. Ellos si tienen derecho pues son bien hablados y educados.
Todos mataron a Cho Vito y él sólo se murió.
Plantemos cara a estos desalmados. Que se vuelva a reconstruir.
sábado, 4 de octubre de 2008
EL KU KLUX KLAN ESPAÑOLERO Y FAHRENHEIT 451
Dedicado a Ray Bradbury
Una turba de demócratas de toda la vida discurre calle arriba, corre, se precipita en torrente. Quieren “ya” su objetivo: prender fuego al periódico que no les agrada por hablar de independencia y de otras sandeces. El fervor revolucionario español rojo y gualda insufla sus consignas. Les hincha el pecho de ardor patriótico:
-¡Cojones! a por el incendio del edificio y si el Viejo está dentro “más mejó” -dijo un idiota y no lo desmintieron. Les anonada el amor patrio, el ardor democrático contra un periódico fascista:
-Leña a la prensa que nos divide como pueblo españó.
En el mediodía calimoso que nace en Anaga, pancartas por la libertad de prensa y en contra de la derechona caciquil. Ya el parlamento –“Para el lamento”-, que le toca sus partes húmedas al pueblo –que fisno-, habló con aplomo y contundencia –comentan como argumento-; el mismo que se ha pasado por el forro de su entrepiernas miles de firmas de canarios sin sonrojarse; el mismito que nos impuso el puerto de Granadilla por intereses inconfesables; el mismito que tumba las casas de los pobres y bendice los palacetes de los ricos a pie de mar; el mismo que desoye las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que pide la demolición de hoteles construidos con dinero de los canarios y contra las costillas del sufrido pueblo; el mismo que nos avergüenza un día si y otro también con su mediocridad institucional.
Los caminantes gritan desaforados en manifestación organizada con pancartas multicolores. Quieren darse una piscina de democracia a costa de la libertad de expresión:
-¡Hay que quemarlo! ¡Prender fuego a ese maldito periódico, ese panfleto teñido de soberanistas !No cejaremos hasta quitarlo del mapamundi, de aquel en que no se veía el sol de Felipe II, El Colonizador. ¡Viva Dios!
Caminaba rengueante otro calvo, de ojos de berenjena, que se quitó la corbata para el evento. No se la sacaba ni para bañarse. Se pregunta con la salivilla escarlata en la comisura de sus labios, intuyendo la satisfacción de sus compañeros luchadores por libertad de expresión:
¿Qué coño se creen ese viejo loco con sus editoriales?
-No chochea. “Qué mierda”, el de la demencia senil delira. ¿Se habrá enamorado el Vejete? –comentan con sorna: los amores de la cuarta edad trastornan al más pintado.
Un intelectual a sueldo comenta a una bonita joven de su partido:
-El gran Nicolás de Maquiavelo, allá en el año 1527, hizo el mayor ridículo con un póstumo amor. El ideólogo que cambió el pensamiento político moderno cosechó más cuernos que una corrida de toros en las Ventas, allá en la Italia del renacimiento donde predicó “Quamodo aduladores sing fugiendi”. Espero que el objeto a quemar, el director del periódico, estudie este capítulo sobre los pelotillas, lameculillos y hueleculos
¿Qué concluir de alguien al que regalaron el título de periodista? Parece ese libelo, con sus ideas soberanistas, un panfleto de Cubillo.
Sí, y eso lo digo yo, a quien el gobierno de las Españas mandó asesinar a puñaladas y así lo dice una sentencia del nuestro Tribunal de Orden Público: La Audiencia Nacional; por desgracia la de Garzón que nos ha devuelto la esperanza con lo de la “memoria histórica”.
Se pregunta, entre risas, un carajito que está de enchufado en el Gobierno Civil.
-¿Será que le escuece la almorrana?
Risas, carcajadas, descojono y más risas.
Gritan inflados contra el fascismo y la xenofobia en buena compaña:
-Que diga lo que le salga de sus partes, pero que no cuestione la españolidad de Canarias. El isleño es acogedor, es complaciente y permite todo lo que venga con la anuencia del español.
El más alto de la manifestación, que camina ligerito, micrófono en mano, de sonrisa torcida, falangista reconducido, piensa para sí que en esta puñetera colonia ellos reparten la patente de corso, el apellido de demócrata. Ellos, desde luego ellos, los demócratas de toda una vida carecen de sexo como los ángeles. Son demócratas inmaculados como la Virgen Purísima
A la izquierda de la pancarta que pide fuego, uno que ocupa puesto en dos instituciones, comenta:
-Se atreve el muy rebenque, o el que le escribe los artículos, a incitar gresca entre las islas. ¡Joder! es que las pelean. ¡Será cabrón¡ ¡Que coño! Peor de los peores: Crea entre las islas rencillas entre hermanos. Cabrea a los isleños con sus editoriales franquistas, de estandarte de Hitler, xenófobas contra los negros de color negro.
Al lado derecho, de la caminata, medio avergonzado para que no le calen, otro que no se ha manifestado en su puñetera vida, chispea con la anuencia de sus compañeros de agrupación:
-Ese maldito periódico, ese que mismito hasta hace unos años lucia en su fachada el maldito escudo de la Falange, el escarabajo cabrón de los de siempre, ahora nos predica la jodida independencia para los podridos patrones de siempre. Prefiero a los españoles.
-Mira tú, tendremos de presidente a un tal … Plasencia o a un tal González, o a un tal Ambrosio... Como ejemplo pongo a un mago de Tejeda. ¡Hay que joderse! nacido a la sobras del Nublo de Mary Sánchez y los Bandama. Si, hombre –puntualizó-, ese que dicen que quiere comprar el periódico independentista. Si, ¡Joder! Aquel de quien comentaban los de la derechona, era un lacayo que invertía a nombre de Andrés Pérez. Sí, ¡redios! ese socialdemócrata valedor de un tal Felipe que tiene intereses en las multinacionales y está por joder a Chávez en Venezuela.
Todos rieron a gusto con complicidad. Es para mearse -dijo otro.
Continúa la marabunta de demócratas. Los manifestantes revolucionarios, con los directores de prensa independiente de toda una vida –para ejemplo el botón de sus editoriales -vociferan con ardor democrático.
-Por Santiago que cierra España, echen fuego a esa antorcha; que no quede más que cenizas. Que lo quemado, quemado está. ¡Por favor! no estoy hablando del pino canario que resurge de sus restos calcinados. Ese “machango”, presunto director, dice disparates que nadie lee. Nosotros por sus voceros traidores lo conocemos. Por los sacrosantos cojones del toro español, hay que reducirlo a polvo, hay que borrarlos del mapa mundial.
-La libertad de prensa, no se predica de los fascistas. Ya hemos exterminado la prensa independentista de Euskadi; ahora nos toca con la Canaria de los caciques –dijo uno de orejas de soplillo y manos limpias de sudor, pues en su puñetera vida ha dado golpe.
Con sus antorchas encendidas camina entonando canciones de izquierda sudamericana, la de los setenta, la que nos inflamaba el alma, ¡hay que joderse!, ahora contra la libertad de expresión que tanto ha costado conseguir. Las llamas se alzan sobre sus antorchas, como las procesiones del Cristo Lagunero, pero con fuego más flamígero y no precisamente para iluminar entre los sones de la banda de música. Discurren en organizado y ordenado orden con gritos de izquierdas.
El ku klux Klan españolero rodea la sede del periódico y procede a quemarlo, a barrer de estas islas la prensa caciquil
-¡Prenderle fuego. Son unos fascistas, son unos xenófobos!
Y yo, mis queridos cuates, reflexiono:
-Pero si esta prensa que quieren exterminar y la de otros periódicos que ahora cargan la antorcha, siempre, siempre, siempre han dicho lo mismo; siempre, siempre, siempre han sido los voceros de los caciques que practican el:
DIVIDE Y VENCERAS.
Pobre de mí, siempre en contra de la corriente, canjeando amigos- me apostilló enfadada quien corregía este artículo, me preguntó.
-¿Por qué carajo ahora quieren quemar ese periódico, que siempre, siempre, de siempre, por siempre y para los de siempre ha dicho las mismas estupideces de Gran Canaria; que siempre de los siempre, desde que estaba Manuel Hermoso el ático, desde antes incluso, desde el fascismo anterior ha dicho las mismas simplonadas que dividen y dan votos a sus cuates caciquiles y consolidan el colonialismo?
Y, yo con ustedes me pregunto:
-¿Que carajo ha hecho cambiar de opinión a aquellos que se han valido de sus hojas para predicar sus consignas colonialistas para ahora incendiar sus instalaciones, para barrerlos del mundo mundial?
-¿Qué carajo ha cambiado?
Concluyo, mis cuates:
Más de lo mismo. Quien se sale del guión españolero lo machacan. lo queman, lo incendian, lo hacen desaparecer del mapa, como han hecho con toda persona e idea que critique la situación colonial de canarias.
Miguel Ángel Díaz Palarea
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